"Folio 154 y siguientes.– Declaración de José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia.– En Alicante, a 10 de noviembre de 1936..., de treinta y tres años de edad, estado soltero, profesión abogado, vecino de Madrid, calle de Serrano, 86..., manifiesta: Que no tomó parte ninguna en la política española con anterioridad al fallecimiento de su padre, don Miguel Primo de Rivera, para cuyo recuerdo y gestión tiene una adhesión completa, sin que esto envuelva adhesión incondicional a los juicios que puedan formularse sobre la interpretación histórica de aquel período, acerca del cual el declarante expuso su juicio en el discurso que pronunció en el Parlamento con ocasión del primer debate producido por el señor Calvo Sotelo al reintegrarse a España. Que el 29 de octubre de 1933 se celebró en el teatro de la Comedia un acto preliminar de la constitución de la Falange Española, al que dio forma legal pocos días después y cuyos estatutos, tanto los primitivos como los vigentes, están registrados en la Dirección General de Seguridad; en ellos consta la verdadera finalidad de Falange Española, y en cuanto a la actividad del partido, se ha ajustado constantemente a ella, según hubo ocasión de comprobarse en el sumario instruido por el supuesto delito de asociación ilegal y que dio lugar a una sentencia favorable por la Audiencia de Madrid y por el Tribunal Supremo. Preguntado por S. S. para que manifieste si, a pesar de lo expuesto, no es más cierto que además de las actividades que constan en la constitución del partido de Falange Española existían ciertamente otras de carácter delictivo y criminal, que se manifestaron en el descubrimiento de armas, bombas de mano en el domicilio social y además en frecuentes atentados realizados por individuos que pertenecían como miembros al citado partido, contesta: Que respecto al hallazgo, no de bombas de mano, sino de unos que se dijeron aparatos explosivos de relojería, fue una mixtificación policíaca, debida al entonces jefe superior de Policía señor Muñoz Castellanos, y que respecto a los atentados y demás actos de violencia, todo lo que puede decir es que, antes de iniciarse los actuales sucesos revolucionarios, Falange Española había visto caer asesinados a más de 60 de sus miembros, sin que en ningún caso se hubiese realizado colectivamente y por orden de los 6rganos de dirección hecho delictivo alguno, ni hubiera tomado parte en él ningún afiliado de Falange con el carácter de tal. Esto no quiere decir que (no) pueda afirmarse en términos absolutos el que jamás baya delinquido ningún miembro de ésta, como de cualquier otra Asociación. Preguntado para que explique si basta el número de víctimas a que se refiere la Directiva de Falange Española no intervino en la represalia, puede y debe entenderse, naturalmente, que posteriormente al número indicado ya intervino de un modo directo, dice: Que al señalar como fecha la iniciación, no alude a la existencia de una nueva táctica en la Falange a partir de entonces, sino a la absoluta falta de información respecto a cuanto ocurre fuera de la cárcel en que el declarante se encuentra. Preguntado si a pesar de lo expuesto es también cierto que en sus discursos parlamentarios y en sus alocuciones por medio de la Prensa se hacían amenazas más o menos encubiertas respecto a la actuación delictiva de Falange Española, dice que se atiene a lo que conste en el "Diario de Sesiones" en los discursos pronunciados por él, y en el semanario Arriba, que dirigía. Preguntado de si como Jefe de Falange Española aprobaba los atentados cometidos por los miembros del partido a que pertenecía, contesta: Que no le consta que ningún afiliado a Falange Española haya cometido atentado alguno, y que si ahora se le dijese que algunos de aquellos afiliados aparecía convicto en un delito de esa naturaleza, el declarante no consideraría airoso desde su situación segura, respecto a ese hecho, culminar ninguna desautorización verbal. Preguntado si, no obstante lo expuesto, le consta que existían individuos que, aunque no afiliados a Falange Española, eran retribuidos por los dirigentes de los asesinatos o hechos delictivos que se cometían en España, como ocurrió, por ejemplo, con el atentado en Madrid contra el señor don Eduardo Ortega y Gasset, realizado por un tal Rivagorda, manifiesta: Que Falange Española jamás ha retribuido a delincuente de ninguna especie y que la información, digo la afirmación, en este sentido, es una reiterada calumnia política, nunca confirmada por descubrimiento policíaco serio, cuando tan fácil es a la Policía localizar grupos permanentes de delincuentes remunerados. Rivagorda jamás fue afiliado a Falange Española y que sólo empezó a tener relación con los que lo eran a partir de su ingreso en la Cárcel de Madrid, donde había centenares de falangistas detenidos. A preguntas del señor fiscal, manifiesta: Que la actuación de Falange Española no se desvió en nada de su programa político, según declaró el Tribunal Supremo en la sentencia que ha aludido antes y que es de fecha de junio a julio de este año. Preguntado si antes de entrar en la Cárcel Modelo de Madrid, como durante su estancia en la misma y posteriormente cuando su traslado a esta Cárcel Provincial, el 6 de junio pasado, tenía conocimiento de una sublevación militar que iba a tener efecto para implantar la dictadura militar y falangista española, manifiesta: Que antes del ingreso en la Prisión de Madrid, no, pero ya en ella, y aun en la de Alicante, oyó el rumor muy impreciso de un alzamiento militar, no militar y falangista, como se dice en la pregunta, y aún añadirá que lo oyó con bastante preocupación, porque teme mucho por los resultados contingentes de un movimiento político en el que el pensamiento peculiar del declarante no tenga las garantías de prevalecer. Preguntado por S.S. si, a pesar de lo expuesto, el actual movimiento gozaba de las simpatías y anuencia del señor Primo de Rivera, manifiesta: Que carece de suficiente información sobre el contenido político y social del movimiento, sobre sus asistencias y sobre las personas que lo dirigen, para arriesgarse a expresar una adhesión completa a él, y en prenda de sinceridad a lo que acaba de decir, no tiene inconveniente en afirmar que, a su juicio, la situación en que España se encontraba antes de empezar el movimiento era intolerable; que las persecuciones, las arbitrariedades y aun los crímenes habían puesto a la nación en el último riesgo de contarse entre las civilizadas, y, por tanto, no estima reprobable, desde un alto punto de vista histórico y político, el alzamiento contra aquel estado de cosas, interesándole insistir en que habla del alzamiento en términos abstractos y no de este alzamiento concreto de ahora, acerca del cual –repite– le falta información suficiente. Preguntado por S.S. para que manifieste si en los crímenes, arbitrariedades y persecuciones a que se refiere incluía los atribuidos a falangistas pertenecientes a su partido político, contesta: Que la crítica de un estado político se refiere siempre a los que ejercen el Poder y tienen la responsabilidad de los sucesos políticos, y que sólo ésta y no la conducta comprobada o presunta de particulares entidades es la que el declarante se permitía enjuiciar; y que en cuanto a las persecuciones y arbitrariedades y aun crímenes que abominaban, puede citar los millares de encarcelamientos sin procesos de afiliados de Falange Española; las clausuras de centros, multas; las docenas de atentados no seguidos de investigación política, policíaca ni judicial, y algún hecho ajeno al ámbito de Falange Española, pero tan señalado como la muerte de don José Calvo Sotelo en las circunstancias que todos conocen. Preguntado si no obstante lo que tiene expuesto de su intervención en la preparación del movimiento insurreccionar de España, tuvo negociación con las naciones extranjeras, Alemania e Italia, o visitas de pura cortesía a los señores Mussolini e Hitler, contesta: Que en los años 1933 y 1934 fue recibido, en breves visitas, por los señores Mussolini e Hitler, y que al declarante no se le pasó por la imaginación incurrir en la falta de tacto de plantear a aquellas personalidades extranjeras propósitos de insurrección española a larguísimo plazo, no ocultando que ha estado en Italia varias veces, la última a principios de verano del año 1935, pero que no ha tenido entrevistas allí con ninguna personalidad política italiana. Preguntado si últimamente mantenía correspondencia política relacionada con el movimiento revolucionario, tanto con Italia como con Alemania, como parece deducirse de la carta fechada en Madrid el 11 de julio de 1936, firmada por su secretaria, Encarnación Moya, contesta: A la petición de señas en Roma de¡ señor Sánchez Mazas, cuyas señas pedía, es un conocidísimo escritor español refugiado últimamente en casa de sus afines italianos, después de sustraerse a un encarcelamiento que sufrió en Madrid con el declarante, y que la señorita Camps es persona española residente en Madrid, como en la misma pregunta se dice, con quien el declarante ha mantenido correspondencia sobre la que no es lícito dar ninguna explicación. Preguntado, además, por S. S. si la señorita Camps no servía al declarante como enlace con todos los dirigentes revolucionarios actuales, manifiesta. Que la señorita Camps no puede a los ojos de nadie, en manera alguna, tener manifiesta relación alguna con el que declara. Que fue la única entrevista a que antes ha hecho referencia, la que celebró con Hitler en Alemania; que no se celebró ningún acto ni mitin en Alemania en que tomase parte el declarante ni tampoco Mosley, pues no conoce a dicho señor. Preguntado si durante su estancia en Alemania solicitó de Hees le preparara una entrevista con Hitler y ésta tuvo lugar en una finca de la Alta Baviera, contesta: Que no ha sido jamás presentado al señor Hees ni ha hablado con él de ningún asunto. Preguntado por S. S. si, a pesar de lo manifestado, ha tenido correspondencia, bien directamente o indirectamente, con dicho señor, valiéndose de otras personas de su intimidad o bien falangistas, manifiesta que no. A otras preguntas del señor fiscal, insiste en que ni de palabra ni por escrito ha tenido la menor relación con ningún alemán sobre la preparación del movimiento subversivo en España. Preguntado respecto a una carta escrita por el general Sanjurjo en Estoril (Portugal), el 21 de marzo de 1936, en que le habla de su regreso de Alemania, si por la persona que trajo la carta o por otra alguna se le hicieron indicaciones respecto al problema o motivo de dicho viaje del citado general, contesta: que no, y que la única noticia que tiene del viaje del general a Alemania es la que él mismo da en la carta. Preguntado si la nota de su puño y letra que tiene escrita en el ángulo superior de la carta, de que contestó verbalmente a través de persona segura, significa que por la importancia de la contestación y gravedad de la misma tuvo que hacerla verbalmente a persona de su confianza, manifiesta: Que no, y que esa nota alude simplemente a la seguridad de evitar extravíos de correspondencia, cosa que el mismo general señala en la carta respecto de un telegrama no recibido. Preguntado para que explique el significado de la segunda carta, también dirigida a él por dicho general, fechada igualmente en Monte Estoril el 23 de abril del corriente año, en que volvía a hablar de su viaje por Centroeuropa, y de una carta certificada que le envió a la Cárcel, manifiesta: Que lo único que demuestra esta segunda carta es la poca importancia que uno y otro corresponsal habían dado a la primera, puesto, que ni el general estaba seguro de que hubiese llegado al declarante ni la contestación verbal y formularia del declarante hubiera llegado al general. Preguntado para que explique el significado de un tarjetón escrito y dirigido a él por el señor Martínez Anido, manifiesta: Que no le encuentra explicación posible, igual que a la ampulosa del doctor Albiñana, que también le ha sido puesto de manifiesto, a las que no se puede dar ningún sentido más que el bien transparente del que resulta de su texto. Preguntado por S. S. para que explique el contenido de la carta, fecha 8 de julio del corriente, dirigida a él por un afiliado a Falange Española llamado José Moreno, manifiesta: Que el Rafael a que se refiere en la carta es el señor Sánchez Mazas, de quien habló antes, que este señor estuvo refugiado en Pamplona y que como llegasen noticias al declarante de que una conspiración derechista interna quería perturbarle en la dirección del Movimiento Nacionalsindicalista (Falange Española), escribió una carta al señor Sánchez Mazas, cuya dirección en Pamplona desconocía, y se la remitió por medio del señor Moreno, que se la devuelve por haber salido ya Sánchez Mazas de Pamplona. A esto se debe que el declarante inquiriese las señas en Italia de Sánchez Mazas. En cuanto a la palabra "Movimiento", es bien sabido que Falange Española la ha usado siempre, desde sus primeros pasos, para esquivar el uso de la palabra "partido", tan poco grato a los oídos de los españoles. Preguntado igualmente sobre otra carta, fecha 7 de abril, en que se le dice por el citado dirigente que se ha enterado de que el señor Primo de Rivera ha dicho que no vaya a visitarle a la Cárcel quien no sea pariente o lleve alguna misión determinada, de donde puede ingerirse que los visitantes no parientes iban a recibir órdenes o que se les encomendara alguna gestión o misión a realizar en relación con el desenvolvimiento político de esa organización, contesta: Que, en efecto, para reducir en algo la abundancia de visitas que perturbaban el régimen de la Cárcel de Madrid, insinuó genéricamente que se abstuvieran de ir a verle los que no tuvieran alguna cosa precisa,. política o no, consejo al que se acogieron de muy buena gana los que, como el Eduardo autor de la carta, no tenían ganas de comprometerse yendo a la Cárcel a visitarle. Que con respecto a un retrato del rey que fue Alfonso de Borbón (1), dice: Que, evidentemente, ha sido una equivocación de la Policía al entregar la documentación obrante en el sumario, por cuanto que su recuerdo de aquella persona no es tan fervoroso como para tener un retrato suyo en la cárcel. Preguntado para que exponga las frecuentes visitas que le hacían en la prisión determinadas personas y el motivo de estas entrevistas, manifiesta: Que en Madrid tenían un objeto profesional, otras muchas de parentesco, amistad o afinidad política e innumerables de mera curiosidad, no poco fastidiosa en ocasiones, y que en Alicante han obedecido a los mismos motivos, salvo el profesional, del que apenas se había ocupado. Preguntado para que explique el motivo de la visita que celebró en esta Prisión el día 14 del pasado mes de julio, pocos días antes del movimiento revolucionario, por. don Antonio Goicoechea, jefe político del partido Renovación Española, dice: Que aquella entrevista dejó tan poca impresión en su espíritu que ni siquiera recuerda el que se haya celebrado, y en cuanto a los diputados señores Serrano Suíler, Daza y Finat, les une con el declarante una amistad fraternal de muchos años, que les movía a visitarle con bastante frecuencia. Preguntado que si las entrevistas de su cuñada Margot Larios con su hermano Miguel y con él tenían, además de un fin puramente familiar, el que pudiera servir de elemento de enlace con personas dirigentes del Movimiento revolucionario actual, contesta: Que no, en absoluto. Preguntado igualmente que explique cómo en varias ocasiones, en las entrevistas que tenía con ellos su cuñada, la tela metálica que los separaba apareció rota por distintos sitios, como si hubiera servido para introducir objetos. Dice que no, si bien no tiene interés en ocultar que alguna vez pasaban por encima de esa misma tela alguna botella de coñac. Preguntado para que explique por qué conducto y de qué forma qué persona le proporcionó la pistola marca "Danton" con el número borrado, reglamentaria de la Guardia Civil, con otro cargador de doce balas y una caja de municiones, así como otra arma exactamente igual, con otro cargador e igual número de municiones, que se encontraron también a su hermano Miguel, dice: Que jamás se les pasaron dichas armas, como tiene declarado en el sumario que al efecto se instruyó, al cual se remite. Preguntado para que reconozca si son de su propiedad el mapa y los croquis del mismo que le ponen de manifiesto, dice: Que, efectivamente, reconoce haber sido suyo el mapa y uno de los croquis, sin que pueda asegurar que el otro fuera hecho por su hermano, y que las noticias a que responde el dibujo las adquiría porque entonces leían periódicos (2) y no estaban incomunicados del todo. Preguntado por S. S. para que manifieste si les hacían los cacheos reglamentarios diariamente en sus celdas y personas, contesta: Que en su persona no recuerda se le hubiera hecho ninguno antes del supuesto hallazgo de pistolas, pero que en su celda, a las horas de patio, supone que sí, porque un día, al subir del patio, muy poco antes de las famosas pistolas, encontró con que estaban terminando dos oficiales el registro. Preguntado asimismo para que explique la causa de la libertad tan grande que gozaban dentro del régimen carcelario, en que se les permitía por los vigilantes el tener abiertas las puertas de su celda, y cuando, por cualquier causa, se extremaba el celo en la vigilancia o visitas, protestaba airadísimo contra los diversos directores, dice: Que no considera disfrutase de excesiva libertad, sino, por el contrario, de un régimen más restringido del habitual en los presos políticos, y que a esto, que juzgaba como exceso de restricción, se debían sus protestas cuando era agravado. Preguntado, por último y definitivamente, si tanto durante el tiempo que lleva en prisión, como anteriormente, ha dirigido e inducido a individuos que le visitaban, entregando cartas para los jefes facciosos, preparando de esta suerte la sublevación militar de carácter puramente fascista que se desarrolla actualmente en España: Que no, e insiste en todo lo que tiene declarado. Leída por sí propio esta declaración, cuyas contestaciones han sido redactadas por el propio declarante, se afirma y ratifica y firma con S. S. y el señor fiscal y doy fe. Enjuto.–
JOSÉ ANTONIO PRIMO DE RIVERA.
VIDAL GIL. TOMÁS LÓPEZ ZAFRA.
Declaración transcrita por Francisco Bravo: "José Antonio ante la justicia roja."Madrid, 1941.